PASADO:Bolivia es un República democrática, representativa, unitaria y presidencialista.
El Estado Boliviano se divide en tres poderes: El poder Ejecutivo,ejercido por el Presidente de la República conjuntamente con los ministros de Estado.
El poder Legislativo reside en el Congreso Nacional compuesto por la Cámara de Diputados (130) y la de Senadores (27).
El poder Judicial lo ejerce la Corte Suprema de Justicia, el Tribunal Constitucional, las Cortes Superiores de Distrito y demás tribunales y juzgados que las leyes establecen.
La división político-administrativa contempla 9 Departamentos ( La Paz, Santa Cruz, Cochabamba, Oruro, Potosí, Chuquisaca, Tarija, Beni y Pando) que, a partir de la Ley de Descentralización Administrativa de 1995, cuentan con un Poder Ejecutivo Departamental delegado en el Prefecto con la fiscalización de un Consejo Departamental. Los 9 Departamentos se subdividen en 111 provincias y 315 Municipios, con sus respectivos Gobiernos Municipales electos por voto popular y con autonomía de gestión.
crisis politica y social de Bolivia
factores:
Uno de ellos es la carencia de una política de estado, pues cada partido que ha subido al poder, desde el retorno a la democracia, ha impuesto sus políticas en base a sus intereses propios, olvidándose por completo de Bolivia en su conjunto. Como ejemplo, en el primer periodo presidencial de Gonzalo Sánchez de Lozada, vimos un gobierno interesante, reformista, con las leyes de Participación popular, de Reforma Agraria, de Reforma Educativa, pero tremendamente impopular y cuestionado por la sonada Ley de Capitalización, ley que posteriormente hizo
estragos en la economía boliviana y que hasta la actualidad es motivo de discordia.
Luego vino el gobierno del General Hugo Banzer Suárez, el cual estuvo marcado por el nepotismo, la corrupción y la incapacidad para solucionar la crisis económica que empezó a sentirse en su gestión y de la cual el país sigue inmerso. Le sucede, Jorge “Tuto” Quiroga en un periodo de transición, a raíz de la muerte del general Banzer, quien como toda política de gobierno, concibió un tímido intento por institucionalizar las entidades publicas y adoptó tres planes, sin resultados, para reactivar la economía.
Otro factor es la falta de gobernantes idóneos y probos, que cambien los destinos de este país, y que nos den días mejores, que lograsen reencausar el daño económico del que ha sido victima Bolivia por cientos de años, o que pudiese cambiar el sistema político que Bolivia ha adoptado.
El congreso falto de madurez política por historia, siempre se ha manejado con tácticas electorales basadas en el intercambio de lealtades por recursos o empleos públicos, eternamente comandado por los jefes de las tiendas políticas, lo que ha resultado en la marginalización de los pobres, la concentración de la riqueza y del poder, en unos pocos, el aumento del cliente lismo, el nepotismo, la corrupción y la impunidad.
Estas actitudes por parte de las elites que siempre gobernaron nuestro país, poco a poco han ido hiriendo la sensibilidad e inteligencia del populacho nacional. A causa de esto, los sectores más marginados, aquellos sectores con los que Bolivia tiene una deuda histórica solo necesitaban líderes que los unificaran y que hicieran escuchar sus demandas. Con la descentralización y con mayor acceso a información, los indígenas y campesinos empezaron a formar una voz. Surgen
movimientos sociales predispuestos al discurso populista y es aquí donde la política da un giro de magnitudes pandemónicas.
La política cambia de manera substancial y vertiginosa, a partir del surgimiento en el plano social y político de la efigie de un líder sindical que seguramente cobrará vida en la historia de Bolivia: Evo Morales Ayma.
Ingresa a la arena política en las elecciones presidenciales de 1997 cuando es elegido diputado por Cochabamba. Pero es en año 2002 cuando Evo morales cobra fuerte notoriedad en las elecciones presidenciales, cuando su partido político, el Movimiento al Socialismo (MAS) se constituye en la segunda fuerza política de Bolivia.
La crisis social en Bolivia estalla con la abrupta salida de Gonzalo Sánchez de Lozada, cuando fue alcanzado por una insurrección popular en la denominada “Guerra del Gas”donde murieron mas de 80 personas. Este levantamiento fue el resultado de las impopulares medidas que intentó adoptar para cubrir el déficit fiscal y principalmente la decisión de sacar el gas nacional por un puerto chileno.
PRESENTE:contamos con un congreso que finalmente representa en gran medida diversos sectores y etnias existentes en Bolivia pero, que de ninguna asumen su rol, ni tienen la madurez política que les ha conferido el pueblo a través del voto pues las demandas que no les son atendidas constitucionalmente, las fuerzan en las calles, con los bloqueos de carreteras, huelgas, marchas, protestas paros etc., a tal punto que Bolivia se ha convertido en un país inviable desde todo punto de vista.
Obviamente esto tiene un enorme costo económico para el país. En este momento los capitalistas extranjeros no están interesados en invertir en Bolivia. Los bloqueos de carreteras perjudican enormemente las exportaciones y colocan a Bolivia como un país inseguro jurídicamente a los ojos de los inversores extranjeros.
Sabido es, por los medios canales de comunicación internacionales que La Republica China, en concomitancia con su sector privado desabastecida de productos de primera necesidad para su consumo interno, tiene interés en invertir fuertes cantidades de dinero, traducidas a billones de dólares en el hemisferio sur de América, especialmente en Brasil y Argentina. Sin embargo han saltado a Bolivia como si fuera un charco.
A esto se suma el hecho de el país ha sido arrasado por la fuerza de la globalización que ha traído un avance importante en cuanto se refiere información, comunicaciones, modernización y tecnología, pero ha provocado una mayor segmentación social; algunos estratos sociales se beneficiaron, lo cual lejos de favorecer a Bolivia en su conjunto, una gran y mayoritaria porción del pueblo boliviano no se han beneficiado y siguen en el atraso y la marginalidad.
Y por si fuera poco están les presiones internacionales, y en especial la injerencia en nuestro gobierno por parte de Norteamérica. Hoy por hoy las principales carreteras están bloqueadas, no hay una agenda política definida, no existe todavía una política clara en cuanto a la nueva ley de hidrocarburos, tenemos una constitución que quedo obsoleta, la crisis económica no ha sido solucionada, las regiones están enfrentadas, la violencia va en aumento, seguimos sumidos en el enclaustramiento marítimo, huelgas, marchas, protestas y paros son una constante crónica y la migración a otro países es alarmante.
Todo esto debe llevarnos a una profunda reflexión. ¿Hacia donde vamos? ¿Que pasara con Bolivia en 10 o 20 años? ¿Donde se situara Bolivia en el escenario internacional?
Muy pocas respuestas y mucha incertidumbre.
El presidente debe instaurar profundas reformas si queremos un país ordenado, caminante y viable. Y si no es capaz de eso debe dar un paso al costado porque sino no, no vamos a ningún lado, y en vez de crecer vamos para atrás, y viviremos en país menos soberano, con mas desempleo y lo mas doloroso, viviremos en un país cada vez mas pobre.